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miércoles, 10 de octubre de 2012

Y una cosa llevó a otra

Aquella mañana Amélie sentía como la sangre le hacía cosquillas mientras corría por sus venas.Plácidamente durmiendo,soñaba con que él era la sangre .Así,durante los pocos minutos que dura un sueño volvió a sentirle cerca.
Recordó cómo se dió cuenta de que estaba enamorada.Le habían recomendado un libro de Eduard Punset,y en la página 40,decía que según Gladwell los pensamientos inconscientes suelen ser más importantes que los conscientes o los racionales.Esa noche de febrero,la pequeña Amélie se dió cuenta de que en  todos sus pensamientos inconscientes,aparecía él.Allí,fue cuando dejó de pensar en si era el adecuado o no.Así que a la mañana siguiente decidió dejarse querer.
Hoy,no se pueden encontrar,no vaya a ser que algo se remueva ,que algo se arrepienta de haber decidido el final.
Aún así el tiempo perdido ya no volverá,jamás.
Y está claro,que ya no hay más.


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