Aún recuerda como tumbados en la cama , abrazados, él se lo regalaba todo.Ella solía llorar al escuchar "Eres mi vida" .Tenía la sensación de que esas palabras le venían tan grandes.Enormes.
La primera vez que Amélie rompió a llorar de felicidad ,fue un 24 de abril, cuando llevaba dos meses junto a él.Una noche,acurrucados los dos en un viejo sillón ,en medio de una fiesta en el campo, él pronunció aquellas tres palabras.Al principio le sonaron muy tópicas,pero tres segundos mas tarde ,empezó a analizar lo que aquello significaba.Su corazón dejó de latir durante un instante,pero fue el tiempo suficiente para darse cuenta de que aquel chico podía darle todo lo que había esperado del amor. Aún así,fue tan cobarde que durante los meses siguientes no fue capaz de decirle lo mismo. Amélie siempre tiene miedo. Amélie...siempre la pequeña Amélie,diminuta,en medio de la nada.
No dejan de repetirle que lo mas probable,es que él,no era lo bastante bueno para ella.Pero últimamente de lo que duda,es de si ella era lo bastante buena para él.
Hoy,la pequeña Amélie no hace más que esperar.De pié,delante de la puerta por que le vió salir la última vez.Lleva 30 días sin moverse,más firme que nunca,con el corazón en un puño.Constantemente recordando aquel fragmento de "Largo domingo de noviazgo" de Sébastien Japrisot :
"Quedaba ese hilo ,remendando donde se iba desgarrando ,serpenteando a lo largo de todas las trincheras,de todos los inviernos,arriba y abajo de la trinchera,a través de todas las lineas,hasta el oscuro reducto de un escuro capitán que le transmitia órdenes criminales.Matilde lo ha atrapado.Lo tiene en la mano todavía.Le sirve de guía en el laberinto del que Manech no volvió.Cuando se rompe,ella lo anuda.Nunca se desanima.Cuanto más tiempo pasa,más se afianza su confianza y su atención.
Y además ,Matilde es dichosa por naturaleza.Se dice a sí misma que si ese hilo no la lleva a su amante ,no importa,no es grave,siempre podrá ahorcarse con él."
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