En Marte: Y de repente despertó

A Amélie nunca que le había gustado hacer planes porque nunca llegaba a verlos haciéndose realidad.No hay muchas razones ,mas que única y sencillamente el miedo al fracaso .
Mientras espera que la bañera se llene de espuma ,sentada en la tapa del váter ,desnuda y mirándose los dedos de los pies se da cuenta de que últimamente sueña más de lo normal.Lo que no sabe es si soñar puede considerarse sinónimo de planear.Lo duda,pero está segura de el Señor Deshielo estaría contento si supiera que en sus sueños casi siempre aparece él.
Al mirarse al espejo ve que sus ojos color miel brillan más que hace 2 meses y se pregunta ¿cuál será la razón? Tras encontrar la respuesta teniendo la imagen del Señor Deshielo en la mente,cae en la cuenta de que la espuma se está saliendo de la bañera,incidente que la distrae durante más de 20 segundos.Ya adentrada en la masa de burbujas de olor a vainilla piensa en los mayores fracasos de su vida.Casi todos se sitúan en una edad temprana,frágil.Cierra los ojos y recuerda una niña rubia, de ojos color miel y piel blanca como la leche.Viaja en el tiempo hasta llegar a un sábado de invierno por la mañana.El calor de la estufa les envuelve a ella y a su padre.Mirando La pantera rosa, ríen a carcajadas ,sin saber que en menos de un año él desaparecería para siempre.67 días después del octavo cumpleaños de Amélie,cuando por la tarde le dijeron a secas que su padre había muerto ,se prometió a sí misma que jamás olvidaría su voz.Hoy ,abrazada por la ligera espuma ,a las 20:12 de la noche,no recuerda ni siquiera su sonrisa.
Es consciente de que ella no tiene la culpa,pero un peso le presiona el pecho y la rabia se apodera de su sentido común.Enfadada ,se lava el pelo y espera tumbada mientras el agua abandona por completo la bañera.Se seca la piel con una toalla azul marino,recoge la ropa sucia y mientras se lava los dientes,el brillo de sus ojos la calman e impiden que las lágrimas se apoderen de sus mejillas.
"Él ya no volverá ni aunque lo digan mil profetas."
No quiere más planes sin hacer realidad.
No quiere más frustración y miedo.
Sólo quiere un buen presente.